Enclavada entre las montañas del Rif, Chefchaouen, o simplemente Chaouen para los locales, es mucho más que una ciudad: es un cuadro vivo, una experiencia para los sentidos y uno de los rincones más mágicos de Marruecos. Su medina, tranquila y encantadora, está pintada casi en su totalidad de un hipnótico azul que la hace única en el mundo.
Pero… ¿por qué son azules las casas de Chefchaouen? Esta pregunta ha fascinado a viajeros durante décadas. No existe una única respuesta definitiva, pero hay varias teorías que, juntas, nos cuentan una historia tan rica como sus calles empedradas: